Veinte siglos de historia en mis manos
Indudablemente desde que la humanidad comenzó a acuñar monedas cerca del Siglo VII a.C, estas piezas que sirven como elemento facilitador del intercambio de bienes y servicios han estado ligadas al día a día de la mayoría de civilizaciones, y a través de ellas se pueden asociar desde eventos cotidianos como el tipo de monedas usadas para comprar algún producto de consumo hasta elementos decisivos como el cambio de unidad monetaria debido a la ruptura de un imperio.
Luego de los siglos de mayor esplendor, en el siglo IV d.C. el Imperio Romano se encontraba en una profunda crisis de gobernabilidad que se tradujo en el declive progresivo de su posición dominante el mundo occidental, de forma paralela se produjo el auge y consolidación del cristianismo como religión predominante en el imperio gracias la legalización otorgada por Constantino I quien además logro revitalizar un poco al decadente imperio. A su muerte, fue sucedido como cogobernantes por tres de sus hijos, quienes por cierto pueden ser considerados los primeros emperadores educados en el cristianismo.
Uno de estos hijos Flavio Claudio Constantino, quien fue nombrado emperador bajo el nombre de Constantino II el 9 de Septiembre de 337 d.C. y murió tan solo 3 años después acuño la moneda de 1 Centenionalis que muestro a continuación:
Fue muerto en batalla por su hermano Constante y se hizo condena oficial de su recuerdo.
Tan solo 55 años después (395 d.C.) muere el emperador Teodosio I, hecho que marca la ruptura definitiva del Imperio como unidad dando origen al Imperio Romano de Oriente (Imperio Bizantino o Bizancio).
De esta nueva y floreciente entidad política se hace cargo Flavius Anastasius (Anastasio I) el 11 de Abril de 491 d.C. quien tuvo fama de avaro y logro incrementar el tesoro imperial en 320.000 libras de oro.
Este emperador acuño la siguiente moneda de 0.5 Follis:
Posteriormente pasaron cerca de 1000 años hasta la caída de Constantinopla en 1453, otros cientos hasta la aparición del Dólar y en un futuro no muy lejano el auge de criptomonedas que sin embargo no desplazarán del todo las actuales monedas físicas y que a su vez, permitirán seguir escribiendo páginas en la historia de la humanidad y la numismática.